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Incienso en granos para uso litúrgico, apto para celebraciones eucarísticas solemnes y diferentes momentos de oración.

Presentación:
Bolsita de 50 grs. 7 x 9 cm

Nota: las fotos son propias del producto


El incienso es una resina que, cuando se quema, emite un olor agradable. Esta resina se toma de la savia de las plantas de la familia terebintáceas.

En las Escrituras aparece el incienso varias veces con un significado de culto, honor y oración de sacrificio, además de los usos de aromatización y purificación.

Como honor también aparece en los regalos de los Magos al Señor. Cada uno de los obsequios resaltan una característica: oro porque es Rey, incienso porque es Sacerdote, y mirra porque es profeta, Cristo. Aquí vemos, por lo tanto, el uso de incienso como un honor hacia lo sagrado. Por eso la Iglesia usa incienso en honor a los sacerdotes, reliquias, imágenes e incluso las personas.

"Que mi oración suba hasta ti como el incienso, y mis manos en alto, como la ofrenda de la tarde" (Salmo 141, 2).

Incienso x 50 gramos

$7.500,00
Sin stock
Incienso x 50 gramos $7.500,00

Incienso en granos para uso litúrgico, apto para celebraciones eucarísticas solemnes y diferentes momentos de oración.

Presentación:
Bolsita de 50 grs. 7 x 9 cm

Nota: las fotos son propias del producto


El incienso es una resina que, cuando se quema, emite un olor agradable. Esta resina se toma de la savia de las plantas de la familia terebintáceas.

En las Escrituras aparece el incienso varias veces con un significado de culto, honor y oración de sacrificio, además de los usos de aromatización y purificación.

Como honor también aparece en los regalos de los Magos al Señor. Cada uno de los obsequios resaltan una característica: oro porque es Rey, incienso porque es Sacerdote, y mirra porque es profeta, Cristo. Aquí vemos, por lo tanto, el uso de incienso como un honor hacia lo sagrado. Por eso la Iglesia usa incienso en honor a los sacerdotes, reliquias, imágenes e incluso las personas.

"Que mi oración suba hasta ti como el incienso, y mis manos en alto, como la ofrenda de la tarde" (Salmo 141, 2).